La vida pulsa y vibra en nosotros. Una vida fresca, sana, exuberante. La percibimos como dinamismo y felicidad. Nos permite trabajar, jugar, pensar, estudiar, tomar decisiones, sentir, desear, soñar, amar. Y sentimos que somos libres, que somos inteligentes, que poseemos voluntad y capacidad creativa. Y día tras día adquirimos nuevas experiencias, de las cosas, de los acontecimientos, de las personas, y en especial de nosotros mismos.